En 1985 a la edad de 43 años, Jean-Dominique Bauby, carismático redactor jefe de la revista francesa Elle, sufrió una embolia masiva. Salió de un coma 20 días más tarde y descubren que es víctima del "locked-in syndrome" (encerrado en si mismo) por lo que queda totalmente paralizado, no pudiendo moverse, comer, hablar ni respirar sin asistencia. Aunque mentalmente funcional, es como un prisionero de su propio cuerpo, siendo solo capaz de comunicarse con el exterior mediante el parpadeo de su ojo izquierdo. Forzado a adaptarse a esta única perspectiva, Baudy crea un nuevo mundo a partir de las únicas dos cosas sin paralizar: su imaginación y su memoria.
En un hospital de Berk-Sur-Mer, le enseñan un código usando las letras más comunes del alfabeto utilizando el parpadeo de su ojo izquierdo. Mediante este parpadeo es capaz de deletrear letra a letra concienzudas palabras, frases y párrafos. Mediante este método es capaz de dictar una profunda aventura dentro del psique humano. Este método es capaz de abrir la prisión que resulta su cuerpo (la escafandra) permitiéndose planear sin límites el reino de la libertad (la mariposa).
Inspirada en la novela: "La escafandra y la mariposa" escrita por Jean Dominique Bauby
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anonimo | 2009-10-02 23:27 | Sobresaliente obra sobre el poder del espíritu humano
Y es que donde alguien más ve solo una tragicomedia menor, yo veo una historia de triunfo, de auténtica superación, de no dejarse vencer por la adversidad sin importar que la situación sea terrible, desesperanzadora, que solo quede esperar la muerte como liberación definitiva. Y es que lo que el director nos quiere transmitir, es que todos en cierta forma, estamos atrapados en esa escafandra que es la indiferencia moderna, hasta que la tragedia nos golpea y luchamos con todo nuestro empeño por convertirnos en mariposas y disfrutar con cosas tan triviales como soñar, como saber que somos libres para conducir nuestra vida como queremos, que los tiranos son mentiras simplemente, que sin importar la pérdida, ganaremos algo valioso más tarde. Que tras el dolor, viene la alegría, y a la amargura la persigue la felicidad sin descanso. En resumen que aunque no haya justicia en el mundo, podemos hacernos nuestro paraíso privado en nuestras mentes, nuestros castillos donde somos Reyes y Emperadores, y porque no, mariposas.
No sabía nada y me empecinaba en creer que el tiempo de los milagros crueles no había terminado