La primera gran película de Woody Allen. Tras unos primeros films en los que empieza a mostrar su peculiar sentido del humor y, sobre todo, su particular filosofía de vida, pero sin la sensación de ver un producto acabado y redondo como en el caso de Annie Hall. La etiqueta de comedia romántica se queda corta para describirla aunque no sea errónea. Allen nos cuenta desde su punto de vista las relaciones de pareja, pero todos podemos vernos reconocidos en alguna de las situaciones que se plantean. Quizás lo mejor que se puede decir de esta película es la cantidad de veces que se ha intentado imitar su fondo y su forma (muy original también) en producciones posteriores. Secundado por su musa Diana Keaton y un eficaz plantel de secundarios como Cristopher Walken, Shelley Duvall o Tony Roberts, Allen dirige una de las mejores comedias de la historia.

Ví esta película hace un montón de tiempo; pero un montón. Por eso no me acuerdo prácticamente de su argumento y de sus personajes mas allá de Woody Allen haciendo de sí mismo, y de Diane Keaton haciendo de su novia; por lo que recuerdo, estaba estructurada, no como una historia, sino como una serie de episodios cortos de la vida de esta gente en la que les pasan cosas, y a partir de ahí, tu te haces una idea.

Recuerdo que en esos capitulillos había algunos normales, otros graciosos, y otros descacharrantes (cuando me acuerdo de la escena de la cocaina todavía me río aquí yo solo delante del ordenador). Solo por los descacharrantes merece la pena verla, y los pesados, no se hacen muy pesados debido a su estructura; el Woody es un listo, porque se aseguró de hacerse una película, en la que, aunue haya fallos ocasionales, el resultado es estupendo. La recomiendo.